17 enero 2007
Virutillas

Tengo versos ambulantes
que van de un lugar a otro
sin detenerse en un renglón.
Trovas y cabriolas que bailan,
con y sin acompañante,
al son de un rock and roll.
Palabras que tropiezan
y muestran sus rasguños
reclamando mi atención.
Cadencias de gazpacho,
como el de Marcelo,
de dulce melocotón.
Rimas que se enredan
con hojitas de menta
y acaban haciendo el amor.
.
Tengo estrofas de corcho
y poemas de cartón.
03 enero 2007
¡Felicidades, oleandro bonito!

Hoy es para ti un día especial.
Para mí también lo es, al saberte a mi lado.
Lejos quedan aquellos que eran mitad hombre y mitad mentira, con los que tanto aprendí, algunas veces algo tarde, sobre lo que no es amor.
Lejos también aquellos "eternos cazadores de mariposas", que sin el menor rastro de empatía, sin pensar en el daño que podían causar, acababan pisando mariposas y avanzaban, sin pena, hacía otra presa.
Lejos ya de aquellos chantajes sentimentales, en los que la víctima se engancha a su papel y ya no sabe desempeñar otro.
Lejos ya de amores dependientes, seres ansiosos y hambrientos de cariño que temen a la soledad. Que creen que sin el otro no es posible vivir y atan a la otra parte con la soga de la compasión.
Lejos de aquellos amores juego, en los que solo uno de ellos sabe a lo que juega.
Y como no quiero ir ya más lejos...
Gracias por este presente,
por esta aventura que emprendemos cada día,
por amar la tierra que llevan mis manos,
por apreciar las palabras que riman en mi corazón,
por respetar mis silencios,
por sonreir y dar vida a mi clown,
por tu esfuerzo al mirar con mis ojos,
por el profundo respeto a todo mi ser.
Gracias por adorarme como soy.
Aquí me quedo, tarareando un te quiero.
Para mí también lo es, al saberte a mi lado.
Lejos quedan aquellos que eran mitad hombre y mitad mentira, con los que tanto aprendí, algunas veces algo tarde, sobre lo que no es amor.
Lejos también aquellos "eternos cazadores de mariposas", que sin el menor rastro de empatía, sin pensar en el daño que podían causar, acababan pisando mariposas y avanzaban, sin pena, hacía otra presa.
Lejos ya de aquellos chantajes sentimentales, en los que la víctima se engancha a su papel y ya no sabe desempeñar otro.
Lejos ya de amores dependientes, seres ansiosos y hambrientos de cariño que temen a la soledad. Que creen que sin el otro no es posible vivir y atan a la otra parte con la soga de la compasión.
Lejos de aquellos amores juego, en los que solo uno de ellos sabe a lo que juega.
Y como no quiero ir ya más lejos...
Gracias por este presente,
por esta aventura que emprendemos cada día,
por amar la tierra que llevan mis manos,
por apreciar las palabras que riman en mi corazón,
por respetar mis silencios,
por sonreir y dar vida a mi clown,
por tu esfuerzo al mirar con mis ojos,
por el profundo respeto a todo mi ser.
Gracias por adorarme como soy.
Aquí me quedo, tarareando un te quiero.