26 marzo 2007

 

Adherencias del alma

....
Será largo este adiós,
a pesar de la albada
y sus versos de azúcar.
.
Será de cicatriz honda,
de acantilado y cincel.
.
Vendrán locas arañas
a rematar un suicidio
de palabras y silencio.
.
Falsas treguas y metáforas
para esta perdida batalla.
.
Desmembrada mantengo
un simulacro de rendición.
.
Siento vértigo
en esta duna de hiel.

16 marzo 2007

 

Luna


Gracias, Antonio, por encontrar y enviarme a Luna.
Ha sido un precioso detalle el que te acordaras.
Ya sabes cuánto significa para mí.
Espero que se quede por aquí durante un tiempo.

10 marzo 2007

 

Más vale fresas en mano que ...

Encontré una cita de este poema en el libro "Sabina, en carne viva".
Me pareció excelente. Espero que lo disfrutéis tanto como yo.

De qué modo se escriben los poemas,
no sabría decirlo y sin embargo,
como en el duermevela, la otra noche,
el sueño me vencía mientras riendo
me llamabas al día y yo bogando
entre dos aguas respondía es verde
la hiedra a tu pregunta por la hora
de irnos, y es tan lenta: desde dónde
me reía contigo agradeciendo
tenerte aquí a mi lado todavía
donde yo peso ahora y tú pesabas
cerca entonces, fluyendo, desde dónde
al disiparse me llamaba, urdimbre
de mi lumbre saciada, la espesura
sonámbula de sílabas de vaho
movida por la luna y la redonda
plenitud de tus nalgas en mis manos,
fruto de luz madura entre las sombras
donde sediento bebo sin saciarme
de ti, sumido en ti y a tus orillas
siempre llevado, a mis orillas, alba
de mí lo que no llamo con mi nombre
aunque lo llame mío ya en tu lumbre
desposeyéndome: saliva, labios,
humedad de mi aliento y ese tacto
mío con que te tocas, desde dónde
llamándome a mi pulso, mi extraviado
temblor de agua profunda en la que eres
estrellas en silencio, luz del fondo
en un pozo por el que yo desciendo
lamiendo las paredes, lenta fiebre
que busca demorándose la oscura
nuez de tu ano y tu sabor de savia:
yo soy en ti la hiedra y la adherencia
sedienta desatada, soy la oscura
avidez de lo oscuro, soy la lengua
y la sed reclamándote a la lengua
de tu piel, soy el hambre a la deriva
devorándose, lengua que claudica
de las palabras y mudez que guía
la voz del extravío, espesa urdimbre
que la luna evapora, soy la sombra
y la sed, soy la lengua y no sabría
de qué modo se escriben los poemas.

Aurelio Asiaín

05 marzo 2007

 

herbazal


Se distraían las nubes
con el amor de la tarde.
Entre violetas y juncos,
vagaba el amor en busca
de unos cuerpos abrazados.
.
En el malecón de sus sueños,
halló dos seres entrelazados
que dialogaban con la piel
y unos reflejos de plata
de unos muslos apretados.
.
Se detuvo ante aquella
resonante algarabía;
dulce estoque de contienda,
y comprobó que allí había
más amor que el amor poseía.

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