05 enero 2006

 

5 pétalos y 1 pensamiento


A Francesca, alfarera

Acaricias con tus manos
el fango que haces girar suavemente,
lo estiras, lo alisas, lo alargas,
lo retuerces, lo torturas
y le infundes forma
en un acto de potencia
fugaz y creadora.

Y haces que la arcilla emerja
como cuerpo armonioso y esplendente,
con ese milagro divino de la mente
que anticipa la potencial belleza
encerrada en el barro amorfo e indiferente.

Pero no es, para ti, la forma suficiente.
Ya tus ojos escrutan la superficie
húmeda surgida de tus manos y quieres
revestirla de tornasol e iridiscencias,
transfigurar texturas, provocar
mezclas de luces, colores y matices.

Evocas entonces la magia
de arcanas tierras misteriosas,
que sabiamente mezclas para provocar
ocultas y secretas afinidades electivas.
Y para desencadenar la alquimia
sutil del cromatismo,
convocas al fuego, lo capturas,
lo sometes y subyugas,
lo haces tu aliado,
y creas un mundo de ígneos fundentes,
como ríos diminutos de lava incandescente.

Abres ahora el horno, y ahí está tu sueño,
hecho materia que ilumina al rojo vivo.
Luego contemplas ya frío el vaso iridiscente,
carnaduras rojas como heridas sangrantes,
inquientantes veladuras cárdenas,
azules que evocan imaginados mares,
áureos ocres que parecen surgir
de la obra magna de un ígnoto alquimista...

Miras entonces el cuenco y sonries satisfecha.
Como emanación de tu voluntad, te pertenece.
Mas ya tiene vida propia:
es la belleza que por sí misma se pronuncia.

Manuel Cabedo
5 diciembre 2005

Comments:
Qué tal si tomar pudieras
las obras que no creaste,
concretar las que pensaste,
reformar lo que quisieras?
tus dedos pequeños dioses,
tus ojos miran en verde,
tus labios hechos sonrisa,
volar ,volar sin adioses.
tormento
 
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